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ANTE TODO EDUCADOR Un profesor ha de ser ante todo un educador, debe ser un almacén de ideas que sepa transmitirlas al alumno. No es necesario, como a menudo se piensa, que sea un gran competidor o que tenga un alto "Dan", esto lo único que le va a producir es una mejor propaganda que llegará más a la gente desconocedora del tema. Lo que debe tener es una gran capacidad para transmitir sus conocimientos, que por supuesto los debe poseer, de manera clara y con la adecuada metodología El profesor ha de demostrar unas cualidades físicas y humanas también, pues el alumno, a veces involuntariamente tiende a imitar al profesor en muchos aspectos. Este los debe conocer bien y descubrir qué es lo que verdaderamente tiene que dar a cada uno dentro del karate. Bajo mi punto de vista, el profesor debe saber mantener un ambiente agradable en clase que permita al alumno estar relajado y a gusto, pero esto dentro de la disciplina que un arte marcial debe tener. Un profesor debe crear las clases de forma amena, completa teniendo en cuenta todos los aspectos del karate y la progresión deseada en relación con las actividades, en cada clase se debe recordar lo aprendido de la clase anterior, y tener un ambiente según la época del año.
Un buen profesor nunca dejará en ridículo a ninguno de sus alumnos con técnicas o preguntas, pero hay veces que el alumno mas avanzado, intentará poner en dudas la sabiduría del maestro en algo que éste no sepa. El profesor siempre debe tratar de dejar conforme con sus respuestas a sus alumnos. ya que a los ojos del alumno debe ser un ejemplo.Pero bien es cierto, que hay profesores que no merecen tal calificativo, enfocando únicamente el estilo y la forma de la clase a alguna faceta determinada, bien por gusto personal, conveniencia económica, publicidad... Estos no enseñan el karate verdadero, y a menudo esto hace que el espíritu del Budoka se vaya perdiendo. Un profesor ha de saber cuándo las críticas que reciben son merecidas o cuándo no,y no cambiar la forma del karate ni perder perder su espíritu simplemente para tener mayor aceptación en número, que es lo que le llenará cada mes el bolsillo. Yamaguchi Gogen, 10º Dan, enfatiza, según dice, el karate como arma educacional, para él lo más importante es el ser humano y su estabilidad, y ésta la puede ayudar a través de la filosofía del karate.
CON EL ALUMNO Y NO CONTRA EL
Personalmente siempre he pensado que una clase no debe ser algo con demasiada y exagerada disciplina y dureza de ambiente, sino que al contrario debe ser algo a lo que los alumnos les guste asistir relajadamente y disfrutarlo, que en definitiva, es a lo que se tiende y así debe ser. Pero tampoco se puede perder la tradicional disciplina del karate, hace muchos años el maestro Kentsu Yabu con ligeras bromas y amabilidad... ayudaba a los alumnos, que generalmente ha "sufrido" ya ocho horas de trabajo antes de venir al Dojo, para que aprenda y se desarrolle de manera natural, voluntaria y progresiva. Hay que estar con el alumno y no, como sucede a veces, contra el alumno. Nosotros los maestros estamos para educar.
Es indudable que el karate y su clase deben funcionar con una importante dosis de disciplina, como corresponde a un arte en conjunto, estructurado, con diferentes categorías. La disciplina ayuda además al progreso e impide que la clase llegue a ser un "caos". Todo el protocolo, saludos, reverencias, permisos para entrar o salir del tatami... ayudan al desarrollo mental a través del respeto, humildad... El alumno debe comprender esto y favorecer la tarea al Profesor. A menudo los "incordios", que siempre hay alguno en todo tatami, son los que luego se quejan de cosas. Pensemos todos un poco en eso.
Para terminar, quiero señalar dos casos que pueden dar,y que a menudo no se justifican en un Arte como el karate. Uno es cuando el alumno llega al nivel técnico de Cinturón Azul. La cercanía de la barrera psicológica del Negro les crece y a menudo creen que están superando al Profesor, con lo que se vuelven a veces impertinente, maliciosos, arrogantes... incurriendo en los "males del Budoka". En ese momento creen estar en un pedestal que les da derecho a una discordia con su profesor, criticarle o corregirle. Si el profesor sabe tratarle y hablar con él, se dará cuenta el alumno de que el C. Negro es un paso más, y en vez de una llegado lo que es una nueva salida en una carrera más larga e importante, y en la que su Profesor, a pesar de llevar un Cinturón del mismo color, lleva ya mucha ventaja.
El otro caso, y termino con él, es cuando un alumno aventaja por diferentes motivos a su profesor en grado, trofeos, etc. Esto no quiere decir en absoluto que su desarrollo como karateka sea mejor, pues tras la fase física y técnica, la espiritual es más importante y la que marca el verdadero desarrollo. a menudo los alumnos comentan el poco entrenamiento que su profesor hace en clase. No se dan cuenta, por ejemplo, de que a ciertos niveles algunas prácticas deben ser sustituidas por otras, de que en clase el profesor no debe de entrenar normalmente, porque desatendería la clase, porque su entrenamiento es diferente, no se dan cuenta de que aunque los alumnos de un turno vengan tres horas por semana, el profesor a menudo realiza veinte horas semanales de clase... De todas formas, y a largo plazo, creo que los alumnos deben sobrepasar técnicamente al profesor, por los nuevos métodos, por basarse en él y para que el arte no vaya cada vez a menos.
Espero con este artículo haber explicado un poco algunas cosas que la mayoría de los profesores han sentido alguna vez, y que éstos y sus alumnos lleven a feliz término cada una de las miles de clases de karate que día a día se dan en este país, ayudándose y entendiéndose unos a otros. MIGUEL VIVEROS FRITZ |
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